lunes, 5 de octubre de 2009

Algunos cuentos para narrar

1) EL PEQUEÑO REY ZAPARRASTROSO

Tarde a tarde, lo veían. Lejos de los demás, el gurí se sentaba a la sombra de la enramada, con la espalda contra el tronco de un àrbol y la cabeza gacha. Los dedos de su mano derecha le bailaban bajo el mentón, baila que te baila como si él estubiera rascándose el pecho con alevosa alegría, y al mismo tiempo su mano izquierda, suspendida en el aire, se abría y se cerraba con pulsaciones ràpidas. Los demás le habían aceptado, sin preguntas, la costumbre.
     El perro se sentaba, sobre las patas de atrás, a su lado. Ahí se quedaban hasta que caía la noche. El perro paraba las orejas y el gurí, con el ceño fruncido por detrás de la cortina de pelo sin color, le daba libertad a sus dedos para que se movieran en el aire.. Los dedos estaban libres y vivos, vibrándole a la altura del pecho y de las puntas de los dedos nacía el rumor del viento entre las ramas de los eucaliptus y el repiqueteo de la lluvia sobre los techos, nacían las voces de las lavanderas en el río y el aleteo estrepitoso de los pájaros que se abalanzaban, al medio día, con los picos abiertos por la sed. A veces a los dedos les brotaban, de puro entusiasmo, un galope de caballos: los caballos venían galopando por la tierra, el trueno de los cascos sobre las colinas, y los dedos se enloquecían para celebrarlo. El aire olía a hinojos y a cedrones.
     Un día le regalaron, los demás, una guitarra. El gurí acarició la madera de la caja, lustrosa y linda de tocar, y las seis cuerdas a lo largo del diapasón. La probó, la guitarra sonaba bien. Y él pensó: qué suerte. Pensó: ahora tengo dos.

        EDUARDO GALEANO  (URUGUAY)


       

2)     EL CAMINO DE CHOCOLATE

        Una vez,tres hermanitos de Barletta se encontraron,yendo por el campo, con un camino muy liso y de color marrón.
--- ¿Qué será? --  dijo el primero
---    Madera no es -- dijo el segundo
---    Ni carbón      ---- dijo el tercero
       Con el fin de saberlo,los tres se arrodillaron y dieronuna chupadita.
       Era chocolate, era un camino de chocolate. Empezaron a comer un pedacito y luego otro; llegó la noche y los tres hermanitos todavía permanecían allí comiéndose el camino de chocolate hasta que no quedó siquiera un pedacito.
Ya no quedaba ni chocolate ni camino.
--- ¿Dónde estamos?-- preguntó el primero
---   No estamos en Bari --- dijo el segundo.
----  Ni en Mofetta --- añadió el tercero
No sabían que hacer. Por fortuna apareció por el lugar un campesino montado en un carrito.
--- Yo os llevaré a casa-- dijo el campesino.
Y los llevó hasta Barletta ,hasta la puerta de su casa. Al descender del carro adviertieron que éste era de biscocho..Y entonces,sin esperar a que se lo dijeran, empezaron a comérselo y no dejaronni las ruedas ni los barrotes.
Dicen que en Barletta nunca había habido tres hermanitos con tanta suerte.....y quien sabe cuando los volverá a haber.

       GIANNI RODARI  (ITALIANO)

3)  EL  PAIS DEL "DES" DELANTE

     Juanito Piendedía era un gran viajero.Viaja que te viaja, llegó al país del "des" delante.
-- ¿Pero que clase de país es éste? --- preguntó a un ciudadano que tomaba el fresco bajo un árbol. 
El ciudadano, por toda respuesta, sacó del bolsillo una navaja y se la mostró bien abierta sobre la palma de la mano.
--- ¿Ve esto?
--- Es una navaja
--- Se equivoca. Esto es una desnavaja, es decir, una navaja con el "des" delante. Sirve para hacer crecer los lápices cuando están desgastados y es muy útil en los colegios.
--- Magnífico --- dijo Juanito  --- ¿Y qué más?
--- Luego tenemos el desperchero
--- Querrá decir el perchero
--- De poco sirve un perchero sino se tiene un abrigo para colgarle
Con nuestro desperchero todo es distinto. No es necesario colgarle nada, ya está todo colgado. Si tiene necesidad de un abrigo, va allí y lo descuelga. El que necesita una chaqueta no tiene porque ir a comprarla: va al desperchero y la descuelga.
Hay muchos despercheros: de verano, de invierno, de hombre, de mujer, de niños y niñas.....Así nos ahorramos mucho dinero y tiempo.
--- ¡Una auténtica maravilla! ¿Y hay algo más?
---- Por supuesto! Tenemos la máquina desfotográfica que en lugar de sacar fotografías dibuja caricaturas y así nos hace reír mucho. Además tenemos el descañón.
---  ¿Cómo? ¿Qué es eso? ¡Qué miedo!
--- !Qué va¡ El descañon es lo contrario del cañon, sirve para deshacer la guerra.
---- ¿Deshacer la guerra? ¿Y cómo funciona?
----  Es sencillo; puede manejarlo incluso un niño
---- ¿Un niño?
---- Si. Si hay guerra tocamos las destrompeta, es decir la destrompetadora ésta dispara el 
      descañon y la guerra se transforma en desguerra y queda deshecha. Es decir que se
      termina rápidamente.
---- ¡Qué extraño! este país del desdelante--- dice el gran viajero y se aleja para conservar toda
      su esperanza.

      GIANNI  RODARI  (ITALIANO)
      (1920-1980). Nace en Omegna y muere en Roma. Fue un reconocido escritor de cuentos para niños. Entres sus obras se destacaron: Cuentos por Teléfono (1961), La tarta valorada (1966), La góndola fantasma (1978). Son póstumos : El perro de Maguncia (1982) e Historia del Rey Midas (1983)
       Fuentes: http://www.biografíasyvidas.com/

4)  EL PUENTE DE LOS NIÑOS

     En las orillas de un rio vivian dos campesinos, uno en la orilla derecha y otro en la orilla izquierda. En el rio nadaban patos y cisnes. Eran felices al ver salir el sol por la mañana y la verlo ponerse por la tarde. Los patos y los cisnes tomaban el sol en lka orilla izquierda por las mañanas y en la orilla derecha por las tardes
Pero los campesinos se envidiaban mutuamente. Uno hubiera deseado vivir en la izquierda y el otro hubiera deseado vivir en la orilla derecha.
Cuando araban por las mañanas, uno de ellos se molestaba porque el campo de su vecino estaba soleado mientras que el suyo estaba en sombras. Y cuando cortaban leña por las tardes, el otro estaba irritado porque en la casa del vecino habia sol mientras que en la suya ya había sombra
También las campesinas estaban descontentas, unas por las mañanas y otras por las tardes.
Una mañana en que las dos mujeres colgaban la ropa lavada, la que vivía en la orilla derecha gritó insultos que atravezaron el río hasta la orilla izquierda.
Y por la tarde, cuando las dos mujeres descolgaban la ropa seca, la que vivía en la orilla izquierda devolvió los insultos a la que vivía en la orilla derecha.

Los hombres no podían tolerar esto.
Juntaron grandes piedras y se las arrojaron el uno al otro, pero el río era tan ancho que las piedras no llegaron al orto lado, sino que cayeron ruidosamente al agua.
Solo al mediodia cuando el sol estaba en lo más alto del cielo reinaba la paz y la tranquilidad.
Las vacas, caballos, cabras y ovejas, buscaban ya refugio en la sombra y los campesinos con sus mujeres roncaban bajo los manzanos, unos en la orilla derrecha y otro en la orilla izquierda.
Los hijos de los dos campesinos se aburrían sentados en la orilla del rio. Uno miraba la orilla izquierda y el otro la orilla derecha.
Si fuera un pato.....pensaba uno.
Si fuera un cisne....pensaba el otro.
Pero un hermoso día en que los niños estaban a la orilla del río, el nivel delñ agua habia disminuido y del agua asomaban tantas piedras que los niños pudieron ir saltando por ellas.
En medio del río los niños se encontraron, se miraron un rato y se sintieron contentos de que los dos eran niños, de que uno era un niño y la otra una niña
Se sentaron en una de las piedras y miraron nadar a los patos y los cisnes.
Así empezaron a hablar : se contaron historias de la orilla izquierda e historias de la orilla derecha.
La niña y el niño se llevaban tan bien, que todos los mediodías saltaban por las piedras para encontrarse en medio del río.
Los padres se preguntaban como y de donde los niños sabían ahora tantas cosas de las que ellos mismos nunca antes habían oido hablar.
Pero un día, después de una larga lluvia, los niños ya no contaron más historias. Y también dejaron de reir y cantar. El nivel del agua había subido otra vez y el puente de los niños había desaparecido. Entonces, por fin, los padres entendieron el secreto del mediodía que sus hijos guardaban y empezaron a pensar.
Pensaron largamente reflexionando sobre todo y decidieron junto con los niños construir un puente apeovechando las piedras que aún quedaban.

Un puente tan lindo y tan redondo como el camino que hace el sol en el cielo. 

MAX  BOLLINGER

6) LEYENDA

     A través de leyendas como ésta podemos darnos una idea del sentir de esos hombres y mujeres que poblaron nuestras tierras antes de la conquista

LEYENDA DE LA CACHIMBA DEL REY

Cuentan que en una pequeña tribu charrúa que se establecía en la zona de los grandes arenales vivían dos indios niños llamados Timbó-Guazú y Guidai, él árbol fuerte y ella, luz de luna. Timbó-Guazú estaba destinado a ser jefe de su tribu, tenía doce años y ya presntaba el cuerpo de un gran charrúa , su mirada era serena y honda, su cabeza erguida, sus brazos ya tenían la potencia de los de su padre y la piel y la piel de yaguareté que lo cubria había sido trabajada por sus manos.
En al època de los fríos y las lluvias, Timbó-Guazú jugaba con los niños de su edad o ayudaba a su padre en la casa, pero cuando llegaban los días lindos y regresaban a los arenales, andaba todo el día con Guidai, su gran amiga,indiecita frágil como un junco de agua dulce y suave como las plumas de urú. Cuando se establecían para pasar el verano, lo primero que hacían los dos niños era salir a buscar un ojo de agua: el de ellos, pequeño pero cristalino. Su agua de tan pura era blanca y por eso la llamaban  Hícé- Morotí.
Nadie más la conocía, era un secreto que tenían desde muy pequeño, siempre la encontraba primero Guidai; Timbó-Guazù se hacía el perdido o desorientado, para sentir el placer de oir el alegre grito de su amiguita....Timbó- Guazú...Hicé-Morotí... Y los médanos perdían su adusto ante el alegre grito de la indiecita, que todos los años repetía el mismo rito.
     Ese año Guidai no pudo ir el último día a beber de Hicé-Morotí, pues su padre resolvió emprender la marcha antes que el resto de la tribu. Días después, triste se despidió Tombó-Guazú de su "agua blanca". Llegó el invierno y la tribu, en la lejana zona de los tamburí, creía haber recibido la yarará, que es la ira de Añá, el dios del mal, poruqe Guidai, la dulce indiecita, la charrúa más bonita, se moría de tristeza. Timbó-Guazú se acercó a su amiguita moribunda, sus ojos de guerrero no lloraban, pero en su garganta tenía un cipó que no le dejaba hablar. Guidai lo miró largamente y solo dijo: Timbó....Hicé-Moroti. Esa noche Timbó- Guazú desapareció de su campamento y corriendo por la costa del río dulce, emprendió la marcha hacia Hicé-Morotí. Al fin, una vez más buscó y llegó a su secreta fuente.
     Llenaba un cuenco, cuando de pronto un guirá-pará, de frente a él se posó y le dijo : "corre Timbó-Guazú a llevarle el agua a Guidai y ten por seguro que sanará....has de saber que ha dicho el gran dios del bien que quien de esa agua bebe se queda o vuelve...."
Ya está el verano durmiendo su siesta ardiente; hay una fiesta de indios charrúas y entre las dunas un campamento que va rodeando un ojo de agua que sonrie entre los juncos.
Guidaí se salvó con el agua de Hicé-Morotí, ha vuelto ya a los arenales pero eso no es raro; su tribu quiso beber la misma agua y ha pasado mucho tiempo, y muchas veces florecieron los carandai, han cortado los charrúas muchos guavirobas para hacer piraguas; y nadie había de volver a los viejos campos de caza.
Hicé-Morotí cumplió con el destino que le dio el dios del bien: EL QUE BEBE DE TU AGUA SE QUEDA O VUELVE."

                                              FIN

LOS DUENDES DE LAS NARICES LARGAS

  
Cuento folklórico japonés

Había una vez dos duendes de narices largas, que vivían en las altas montañas de Japón.
Uno era un duende azul y otro un duende colorado. Ambos estaban muy orgullosos de sus narices, porque las podían estirar, cuanto querían a lo largo de muchos, muchos kilómetros...pero....¡ay! siempre estaban peléandose: cafda cual decía que la suya era la nariz más maravillosa.
Un día, el duede azul estaba descansando en lo alto de una montaña cuando sintió un delicioso aroma que venía desde abajo....desde algun lugar de los campos.
-- Hmmm... -- olió contento-- ¿de dónde saldrá? -- y empezó a estirar la nariz dejándola hacerse más y más larga a medida que seguía el perfume. Su nariz creció tanto que cruzó siete montañas, bajó los campos y finalmente llegó a un palacio.
Dentro del palacio estaba la`princesa Blancaflor, celebrando su cumpleaños. Muchas otras princesas habían ido a la fiesta y blanca flor les estaba mostrando las hermosas telas que tenía para hacerse kimonos. Había abierto todos los baúles en dodne guardaba metros y metros de maravillosos géneros, perfumados con incienso.
¡Ajá! ¡Era el incienso lo que había olido el duende azul! Y justo en el momento en que la princesa estaba buscando una soga para colgar las telas de modo que sus amigas pudieran verlas mejor,vio la nariz del duende y exclamó contenta: --- ¡Oh! ¡Qué suerte!¡Alguien ha colgado una vara azul en la terraza! Entonces llamó a sus criadas y les pidió que colgaran allí las preciosas piezas de género
     Sentado en su montaña, el duende azul sintió de repente unas cosquillas en la nariz y empezó acortarla, para llevársela de regreso.Las princesas se sorprendieron cuando vieron las telas revoloteando por el aire como banderas y trataron de alcanzarla pero ya era demasiado tarde.....
Cuando el duende azul vio todas aquéllas hermosas telas colgando de su nariz, se alegró mucho. Las dobló, las apiló y se las llevó para su casa. Luego invitó al duende colorado-- que vivía en una montaña cercana-- a ir a su casa de visita. 
--- ¡Mira que nariz maravillosa que tengo!-- le dijo apenas el colorado llegó ---¡ Me trajo todos estos preciosos géneros! El duende colorado se puso muy celoso cuando vio esto....
--- Te demostraré que mi nariz es aún mejor que la tuya --- le dijo entonces el duende colorado al azul- Espera y lo verás.
Y el duende colorado se sentó en la cima de una montaña.frotándose su larga nariz roja y oliendo el aire.Pero  losdías pasaban y no olía nada de incienso.....
Se puso muy impaciente y dijo: -- Bien.No voy a esperar más.Mandaré mi nariz para abajo,hacia los campos.Seguramente,yo también encontraré algo bueno allí.
De modo que el duende empezó a extender su nariz, dejándola crecer más y más larga, hasta que atarvezó siete montañas, bajó a los campos y finalmente llegó al mismo palacio.Justo en ese momento el principe Valeroso estaba jugando en el jardín. Cuando el príncipe vio la nariz roja del duende, gritó: --- ¡Miren esa vara roja que alguien colocó allí! ¡Hamaquémonos!
Al instante, todos tomaron unas sogas gruesas y las ataron a la roja nariz ¡Cuantos balanceos! ¡Cómo se hamacaron! Al pobre duende le pesaba tanto su nariz, que casi no podía moverla. De repente uno de los niños trepó sobre la nariz y empezó a tallar su nombre en ella, creyendo, como los demás, que era una vara de madera. ¡Cómo le dolió al duende que continuaba sentado en la montaña! Gritando ¡ay! la tiró con todas sus fuerzas y los niños cayeron sobre el pasto del jardín. Entonces retiró su nariz tan ràpido como pudo y la puso a remojar en una palangana para calmar el dolor.
El duende azul, que lo estaba espiando, exclamó muerto de risa : --- ¡Mi nariz es la más maravillosa!   CONTINUARA ACERCANDOSE AL FIN  

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