LOBISON IMPREVISTO POR WIMPI
Juan Cruz Montoya, si señor.Que era el menor de los siete hijos del viejo Hermenegildo. Y habia salido lobizòn. Pero en vez de emperrarse, los viernes a la medianoche, como todos los lobisones se emperraba un derrepente.!Como no! Un dìa va a la barberìa de Martiniano Navarro a hacerse la barba.Que era muy distraido Martiniano. Una vez habìa salido a cazar con Doralicio Cuenca, llevò el perro de èl -- y de vuelta venían Martiniano y el perro adelante, conversando y fumando y atràs Doralicio; Martiniano le habìa puesto la cadena y el otro, furioso. Bueno: llega Juan Cruz a la barberìa, se sienta, el otro lo enjabona y....de repente-- un abrir y cerrar de ojos, que se dice vulgarmente-- Juan Cruz se vuelve perro. Y martiniano le siguiò con el jabòn para abajo, lo afeitò todo hasta las patas de atràs y le dejò un penacho en la cola. Que despùes Juan Cruz, cuando se cruzaba con èl por la calle, se hacìa el que no lo veìa. De ofendido que quedò.
EL LOBIZON (POR MARIO DELGADO APARAIN):
Un testimonio : En la estancia habìa varios peones. Entre ellos, un viejo siempre cabizbajo a quien llamàbamos Cupertino Viejo. De èl se decìa que era lobizòn. En unas vacaciones vino a pasear a la estancia un muchacho que no recuerdo el nombre. Yo tenìa entonces catorce años. El muchacho empezò a sentir curiosidad y a planear como descubrir al suùesto lobizòn. Una noche me dijo ¿Y? ¿Te animàs? Hoy tenemos que estar alertas y no dormirnos. Planeamos hacer que dormìamos y no perder de vista a Cupertino Viejo. Yo ni respiraba, cuando mi compañero que estaba en la cama de al lado, me tocò el brazo. En ese momento, la luna que habìa estado muy clara, se oscureciò, pero vimos como el hombre se levantaba y se dirigìa a los corrales.
Nosotros lo seguimos. El viejo llegò hasta donde habìa una higuera. Muy despacio nos acercamos un poco màs.Vi como se iba desvistiebdo hasta quedar completamente desnudo. Despuès hizo un envoltorio con las ropas y las metiò en un hueco de la higuera. Despuès dio tres vueltas de carnero y cuando lo volvimos a ver era un inmenso perro que sacudìa sus orejas. Dio varias vueltas a su alrededor y, como si nos hubiera visto, se dirigiò hacia donde estàbamos.Mi amigo asustado dijo: vàmonos. Ràpidamente: nos fuimos al galpòn, donde en un zarzo alto se gurdaba alfalfa. Apenas subimos, ya estaba abajo gruñendo y sacudiendo las orejas. Rafael (ahora me acuerdo de su nombre), tirò la escalera desde donde estaba y quedamos metidos entre la afalfa. Me pareciò que estaba asustado. Yo solo tenìa curiosidad. Solo por eso que me venciò el sueño y me quedè dormido hsata el otro dìa. Cuando me despertè oì un gran revuelo. Me acerquè, y vi a Rafael en el fondo de la cocina, con un enorme cuchillo en la mano, que decìa a todo el que se le acercaba: Venì, no màs, acercate que sos Cupertino Viejo. Lo que pasò despùes es de imaginarse: mi amigo quedò loco y a Cupertino Viejo no se le vio màs por el lugar. Mucho tiempo despuès se dijo que Rafael era un loco manso que daba vuelta las mierdas de vaca en el campo y les hacìa una cruz con el cuchillo.
BAILANDO CON EL LOBIZON LUIS NEIRA Dicen que en una estancia, allà por el norte del Uruguay, en Minas de Corrales, departamento de Rivera, frontera con Brasil,vivìa un tal Fonseca, que por ser sèptimo hijo varòn, no escapaba al maleficio de la conocida leyenda del lobizòn.Confirmaban las sospechas del vecindario,su aspecto huraño y retraido, pero mucho màs que eso no se sabìa. CONTINUARA
CONTINUARA COMENTARIOS : El de Winpi tiene un sabor a JUCECA (Julio Cèsar Castro) o viceversa, tal vez y quizàs. Ya es hora de que algunos cuentos de nuestro gran còmico, cuentista criollo y campero, aunque montevideano, un día de estos pongamos.
HASTA PRONTO.